Gracias a la gran cantidad de eventos Peñiscola, muchos visitantes se acercan a esta localidad castellonense no solo en verano, sino en cualquier época del año, y por motivos distintos a las típicas vacaciones de sol y playa. Buscan un lugar diferente, único y con encanto, donde poder disfrutar de la gastronomía, del sabor mediterráneo, de la cultura y el patrimonio, y para ello, la Ciudad del Mar es perfecta, no solo en sí misma, sino también por todo lo que le rodea.
Además del Castillo del Papa Luna, las hermosas playas, el Bufador y demás lugares con encanto que podemos encontrar en Peñíscola, la ciudad cuenta en sus alrededores con otros sitios espectaculares que bien merece la pena visitar. Por ejemplo, la Torre Badum, que será restaurada dentro de poco, y que supone uno de los más exquisitos vestigios del antiguo sistema de vigilancia de la zona, encontrándose a seis kilómetros al sur del núcleo de población.
La Torre está situada en el paraje natural conocido como Sierra de Irta, otro de los sitios que visitar cuando vamos a Peñíscola. Y es que este paraje es una verdadera maravilla para los amantes de la naturaleza, que podrán recorrerlo por cualquier de los senderos que encontrarán para rutas con mucho encanto en una zona que, a pesar de estar muy cerca del núcleo urbano de Peñíscola, se mantiene protegida y casi salvaje.
Si no nos importa recorrer algunos kilómetros más, también podríamos subir al norte de la provincia, donde encontramos exquisitas localidades como Vinaròs o Morella, una ciudad que parece hermanada con la propia Peñíscola al contar también con un castillo y unas inmensas murallas. Morella en el interior y Peñíscola en la costa son las joyas de la provincia de Castellón que cualquier visitante debería conocer a fondo.
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